Tinta derramada en poesía y canción
martes, 28 de febrero de 2012
Todo tiempo
la mañana
se despierta para ver
tus sueños de cristal
que se adormecen
en mi mirar, en tu voz
no borrara el tiempo
nuestra unión
Cálido amanecer
el dia
nos entrega su color
el de tu corazon
que esta sintiendo
que se pierde
en mis ojos
no esperara el tiempo
tu redención
A veces en la nada sientes
que has perdido todo, que has pasado frio
A veces en un umbral floreces
y te marchas, dejando tu color
y es ahi donde mi alma
vive en vos
Lluvia sobre el mar
la noche precipita el andar
en tu piel
que esta esperando
tener cerca
mi voz,
que dira todo el tiempo
lo que sos
Vuelvo hacia el sol
cada briza
me hipnotiza la noción
de mi tiempo que esta viendo tu llegada
al ocaso, al sur
viendo si te quedas
en mi canción
ya no hay mas lugar
todo crece y baja
vueltas que circulan
tu soñar
tu ser, se iluminará
tu sol, me iluminará
Y nos dará el tiempo
Otra oportunidad
"...busquemos nuevos caminos"
Fede G. 2012
lunes, 9 de mayo de 2011
Retrato
jueves, 10 de febrero de 2011
Un paso más
sábado, 5 de febrero de 2011
Fundiendo sueños
jueves, 3 de febrero de 2011
Armonía del alma
martes, 25 de enero de 2011
Ida
miércoles, 19 de enero de 2011
Dónde ir, siempre mar
viernes, 31 de diciembre de 2010
Umbral
miércoles, 20 de octubre de 2010
Palabras para Julia
A Estos hombres tristes

miércoles, 13 de octubre de 2010
Silencios

domingo, 10 de octubre de 2010
Una forma de amar
miércoles, 6 de octubre de 2010
Días de sol
sábado, 2 de octubre de 2010
Melodías del alma...
y ver así a la flor nacer
y deberás crear
si quieres ver a tu tierra en paz
el sol empuja con su luz
el cielo brilla renovando la vida
y deberás amar
amar, amar hasta morir
y deberás crecer
sabiendo reír y llorar
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma
de tí saldrá la luz
tan sólo así serás feliz
y deberás luchar
si quieres descubrir la fe
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma
este agua lleva en sí
la fuerza del fuego
la voz que responde por tí
por mí...
y esto será siempre así
quedándote o yéndote...
lunes, 21 de junio de 2010
Navegar Mar Adentro
Siempre que vean una luz,
Observen sin temor su resplandor,
siempre que vean un resplandor
intenten ver que es lo que refleja
Si refleja a uno mismo,
recuerden con cautela su imágen
Nunca le fallen a ella, tampoco olviden
su lucidez y baluarte
Cuando sientan dentro suyo
Un interminable idilio de acción
No teman a su práctica
El corazón siempre será el guión
Cuando escuchen una voz,
Oigan lo que quiere decir
y no lo que quieren escuchar
Esa voz querrá invitarlos,
a navegar indómitamente
Trasmitiendo vida y coraje
Fé, esperanza y energía
Cuando tomen los remos
Miren hacia un costado
Nunca olviden a quién
Los acompaña
Naveguen "Mar Adentro"
adentro del corazón de cada uno
Cuando atraviesen tormentas,
miles de mareas intensas
escucharán esa voz,
verán ese resplandor
Sentirán y una vez más, la paz del señor
Aquella con la que navegarán
aquella con la que enseñarán
aquella a la que nunca tendrán que olvidar
FedeG.2010
martes, 4 de mayo de 2010
Sur
en tu alcoba
La calma en tu sitio
la desolación
Siento que
vuelvo de a poco
en caminos distintos
me acerco hacia vos
Vivo al final del destinto
en lo inoportuno
en tu calida acción
Pero revivo y me alivio
me encuentro vacio
si no escucho tu voz
Puede ser en la noche o en sol
Hoy puede ser en tu sueño, el delirio de mi,
el refugio que vi, los cristales de nuestro dolor.
Pero tu corazón
Busco el día
en tu nido
La luz que ilumina
el paso de hoy
Siento que
río de a poco
en sitios perdidos
me encuentro en tu voz
Vivo al sur del camino
en la america del indio
dónde la lucha es amor
Pero busco mi destinto
persivo el olimpo
de tu sensación
Puede ser en la noche o en sol
Hoy puede ser en tu sueño, el delirio de mi,
el refugio que vi, los cristales de nuestro dolor.
Pero tu corazón...
No termina en el sur,
ni siquiera en estrellas que puedan velar la razón
No termina el sur,
ni en la america que sueño, que dice dia a dia
que puede cambiar el dolor
Ni siquiera en mi idilio que sueña que un dia
pueda sentir tu calor
Fede G. 2010
martes, 13 de abril de 2010
Peregrinos
desear saciar
la sed de hoy
la soledad
Pero si, se va..
Recordarán
todo el pasar
la fragilidad
todo soñar
Esperarán
todo despertar
bailarán melodias
y olvidarán
Pero sí, se van...
Luego irán a correr por los prados
reirán del futuro y del soñar
Luego caerán en preludios inmensos
reirán del pasado y del amar
Pero siempre, serán eternos...
Buscarán
más que felicidad
sentirán,
todo vuelvo a empezar
Pero si, están
Luego irán a correr por los prados
reirán del futuro y del soñar
Luego caerán en preludios inmensos
reirán del pasado y del amar
Pero siempre, serán eternos...
Como tu amor...
Como tu amor...
Ella
todo su reflejar
y seduce
cada despertar
Ella sueña,
con quedarse a dormir
en silencios
que yo sólo conocí
Anhela cada instante,
tanto como el fin
y se apasiona
con verte reir
Ella vive,
en todo ideal
y reprime
a la cotidianeidad
Ella actúa,
tan simple y sutil
y cautiva
todo frenesí
Espera cada instante
actua en el vivir
y se emociona
al verte sentir
Ella, entrega
toda su pasión
y en mil noches
derriba al corazón
Ella, espera
brotar mi elixir
y yo espero
andar en su sentir
Desea cada instante
tanto como el sí
y en nuestro idilio
ansiamos el vivir
y en el camino
buscamos el seguir
en el destino
sentimos hoy decir
Fede G.2010
Idilios
va de a par
la colina espera
su llegar
Tus ojos que
me hacen respirar
lo indómito vuelve
a despertar
En la penumbra, busco el resplandor
que agoniza su razón
La luna ríe,
y me hace suspirar
el llanto espera que
le dé su lugar
Los prados crecen
y continuan su andar
reposada en la hierba
me jura amar
Y en la vida, Busco el resplandor
que asfixia su fervor
Y en la muerta, busco su mirar
que avanza en mi andar
¿A dónde gira su voz?
¿Cuánto vale el dolor?
¿Para qué creemos los dos?
Tu vida que,
me trata enloquecer
no perdona la razón
Cada río que,
me lleva hacia vos
se bifurca para que,
no veamos el dolor
Y ahora, siento un despertar
que me avisa que ya no estarás
que me dice "te gana la soledad"
que nuestro idilio pronto acabará.
Fede G.2010
sábado, 3 de abril de 2010
Su presencia
me cautiva su existencia
Siento que mi alma,
se abre en mar
Tan sólo mi canto,
tan sólo el silencio
me acompañan
junto al andar
Y me siente firmemente
inundado por tu amor,
una súplica de vida,
una lágrima de sol
Arraigado a la existencia
de tu alma en el amor
siento que mi vida
se llena con vos
Siento su firmeza,
me derriba sus creencias
siento que mi paso
vela es esperar
Tan sólo mi anhelo,
mi puro silencio
sin fronteras,
vuelve a sollegar
Y a la par, juntos en el umbral
buscamos nuestro cielo
ansiamos el llegar
Y a la par, juntos en el umbral
vivimos nuestra vida
propagamos tu ideal
En su trén de solsticios
de ideales y sentidos
nos sentimos más cerca
del cielo
En la noche, en la palabra
se nos encandila el alma
juntos, ansiando el umbral
Y Reposo firmemente
me asemejo en su mirada
lento y en silencio
vuelvo,
a sentir su amor...
Fede G. 2010

martes, 2 de marzo de 2010
¿Dónde vuelan los pájaros en primavera?
Sueñan destellos, de luces de primavera
¿A dónde se esconde el sol?
¿Donde huyen los pájaros?
Se refugian en la marea
En el silencio de la soledad
Le pregunto al cielo
¿qué es lo falta allá?
Baja desde la calma
un río de vida y Dá
Dá sed, dá silencio
Allí disparo mi figura
quiebro y me envuelvo
en un pleno idilio real
Si siente beltrán
¿A dónde va la rimavera?
¿Dónde va el mar?
Vuelan pájaros en la tormenta
siento su amor en la ladera
Me refugio en su marea
Mi piel toca la hierba
Sin paz descanza, vuela alto
Dá certeza, dá violencia
¿Qué es ahora la penumbra?
¿Dónde encuentro su belleza?
Inquietante y desafiante
Avanza sin más su andar
Dócil e ingenua
asusta sin más al amor
Su menester incotrolable
de querer sosegarme más
Me dá sed, me dá vida
¿A dónde vuelan los pájaros en primavera?
¿Dónde se encuentra el deseo en mi corteza?
¿Dónde vemos lo claro?
¿Dónde sentimos lo inmenso, lo indómito, lo querible?
y sin más me encuentro ahí,
tratando de estrechar mi cien
dándo riendas al estandarte
de encontrar lo bello en su paz
Cuándo vuelan los pájaros,
se qué despierto en primavera
Cuándo vuelan los pájaros
se qué duermo en primavera.
Sin más.
Fede G. 2010

sábado, 27 de febrero de 2010
Caen las hojas
el rocío agobia las hojas
el cielo me alumbra, plenamente
soy yo, sos vos, somos los dos.
Me complace su existencia
como su divina demencia
¿a donde irán sus raíces?
¿donde van sus flores en primavera?
Y miró al cielo, ¿que hay allá arriba?
Sé que podría trepar
Talvez no estamos lejos,
Estamos cerca de su hostilidad
Soy yo, sos vos, somos dos.
Dos figuras, dos hostilidades
¿que mas queremos hoy?
Sólo imaginemos
y cáen las hojas, cáen al mar
recorren nuestros cuerpos helados
buscando un sosegar
La gota sube por su cuerpo
se despierta en el invierno
florece en primavera
y ama en verano
Reposamos en las verdes hierbas
sentimos el respirar
mi aire, tu aire, y el del lugar
Me atrapás, te vas
Soy yo, sos vos, somos dos.
Dos figuras, dos hostilidades
Mis palabras, tus metáforas
Nos vamos, nos quedamos
Qué hacemos ahora
Con este fuego encendido
Quedemonos en el silencio
dejemos que caigan las hojas
y asi nos vemos, somos dos
ya no somos uno
somos el cielo, somos la vida
somos el otoño, empapado
de solsticios de idilios, de sueños
caemos al prado
subimos al arbol, subimos al cielo
nos vamos, nos amamos.
La gota caé por las ramas
el rocío agobia las hojas
el cielo me alumbra, plenamente
soy yo, sos vos, somos los dos..
Fede G.2010

miércoles, 24 de febrero de 2010
Libertad
de arena se llena el mar
y en el agua se funde
una estrella más
Quiero trepar a los cielos
y alli encontrar
Encontrar mi deseo
aquello que no está
Su viento es preciso
como su claridad
Su claridad encandila
todo palpitar
Se llenan de vida los sueños
y el viento que ésta trae
a la vida deja frutos
para que se llenen en la oscuridad
De arena se llena la vida
de arena se llena el mar
y en el agua se funde
una estrella más
En el cielo se encuentra
esta estrella del mar
la que funde en la vida
la que hace caminar.
Viste figura impecable
de frágil mujer
Hace el amor a los hombres
cuando la quieren ver
Pero a veces ellos
optan por la frialdad
No quieren ver sus sueños
No quieren felicidad
Tropiezan, no se dan cuenta
Que ella la prioridad
El aire que necesita
toda humanidad
De arena se llena la vida
de arena se llena el mar
y en el agua se funde
una estrella más
En el cielo se encuentra
esta estrella del mar
la que funde en la vida
la que hace caminar.
Aquello que conocemos
aquello que talvez no está
ese aroma tan preciado
se llama libertad
Aquello por lo que luchamos
aquello por lo que caemos
aquello por lo que amamos
es la libertad
Aquello por lo que soñamos
es la libertad
Aquello por lo que vivimos
es la libertad
Aquello por lo que amamos
es la libertad
Aquello por lo que canto
es la libertad
Aquello que nos brinda esperanza
y que nos invita a cambiar
a no mirar hacia un costado
sólo caminar
La libertad..
Fede G.2010

sábado, 9 de enero de 2010
Las aventuras de las libelulas
Reaniman las libelulas
cansadas de ver la luz
los cristales rotos
del crisálido dolor
Flotando en el abismo
chocando contra el viento
aterrizando en los estimulos
de los ojos atentos
La dulce figura de aniz
envuelta en hermosura
envia sus destellos
hacia la inmensa locura
tres solapas inalcanzables
envuelven sus sentidos
quieren llegar lejos
quieren llegar cerca
pero no se acercan
solo ven colores
solo ven sensaciones
la simpleza del delirio
el contorno magnifico
de aquella mitica figura
aterra mi salida
largas colinas veo allá
largos montes, rápido andar
encuentro sus soles
desplegando su inmensidad
Vuelan igual que ella
son danzas perpetuas
infinitos colores de la belleza
de la humana existencia
solo veo emociones
solo veo sensaciones
visiones de otro lado
visiones de un nuevo mar
reflejan en mi andar
su destello incapaz
incapaz de germinar
deseos de avaricia
solo destellos de armonia
de aventuras magnificas
las aventuras de las libelulas
son voragines indomitas
son viajes inmensos
son escrupulos del deseo
Se juntan con soles como el de ella
y junto al andar, derriban toda peripecia
junto al andar, esperan
junto al andar, penetran mi conciencia
Fede G. 2010
jueves, 5 de noviembre de 2009
Viceversa
si digo una vez mas la verdad
No me juzga mi inconciente
si se a donde quiero llegar
No acudo a la demencia
si al andar vuelvo a caer
Solo busco esperanzas
libertad y fé
Me envuelves tantas veces
como un insomio vaiven
Me conviertes tantas veces
un estigma en la pared
No me claves emociones
en el fondo de mi cien
No me digas y perdones
el juicio del placer
Solo busca dentro mio
los sentidos de mi ser
Vuelo alto y no caigo
desde arriba quiero ver
La indomitas creencias
de los sueños alreves
Navego entre mareas
dificiles de entender
Me sosiego ante su espada
que me intenta vencer
Me envuelves tantas veces
como un insomio vaiven
Me conviertes tantas veces
un estigma en la pared
No me claves emociones
en el fondo de mi cien
No me digas y perdones
el juicio del placer
Solo busca dentro mio
los sentidos de mi ser
Me sumergo en su juego
de delirios y sentidos
Solo queda en mi aullido
dormir en su abismo
Me envuelves tantas veces
como un insomio vaiven
Me conviertes tantas veces
un estigma en la pared
No me claves emociones
en el fondo de mi cien
No me digas y perdones
el juicio del placer
Solo busca dentro mio
los sentidos de mi ser
Fede G. 09
lunes, 14 de septiembre de 2009
Oda de los sueños
de las sierras, claras e inauditas
Atenuado y arraigado
al placer encontrado
Vuelas alto, yo no caigo
Me demuestras que no soy
el unico que piensa que
alli puedes encontrar
tu locura y serenidad
Vives siempre, idealizando
y siento que siempre me elevo
lento y rapido al mismo tiempo
Algo semejante a lo que siento
cuando creo en tu cuerpo
Casi siempre, atormentados
Casi siempre, desencontrados
a la deriva los dos
juntos en el cielo, juntos en el infierno
también mi demencia
y en el arte de tu escencia
Es mi locura, la que intenta
ver mas lejos de lo cierto
Es mi estandarte el que juzga
al que poco actua
Otra vez, cayendo
es tu escencia la que hace
que siempre viva en un sueño
que germina dentro mio
lo mismo de tu pecho
Fede G. 09
miércoles, 29 de julio de 2009
Idilio idealista
las promesas vanas
de querer
un nuevo cielo, un nuevo mar
Me han atormentado
las indomitas palabras
de la guardia
de mi coraza, de mi tranquilidad
Ha soplado
el viento fuerte y contundente
pero no me ha derribado
He anhelado
centenar de situaciones
de promesas vanas
gratitudes y demas
Tan solo soy
Un pobre idealista
que ha pensado
que todo se podia cambiar
Que podia, erizar su piel
sus sentidos, y su corazon
y ahi nomas, ha caido
entre la calma, la inquietud
el hedonismo de aquella bella mujer
Me he acordado
de aquellas corridas
sin llegadas, ni comienzos
ni final
He sabido
germinar mis deseos
en tus sueños y solsticios
He podido
navegar en sus mareas
de calores y estruendos
Agonizando, tendido en su pecho
Sobrevolando en su interior
Cayendo claro, muy cerca, sin miedo
Me he apresado a su calor
No me da el tiempo
En nuestro idilio idealista
En nuestros sueños infinitos de soñar
Nuestro idilio es claro
no buscamos nada, pero algo queremos encontrar
y sentir, en nuestro interior un nuevo frenesí
Fede G. 09
lunes, 13 de julio de 2009
En analfabeto Politico
No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertolt Brecht
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
sábado, 11 de julio de 2009
Abril
Sueño y avaricia
¿Qué mas queda por jugar?
¿Cuanto más podemos avanzar?
¿Qué podemos recordar?
Nuestras mentes deambulaban en abril
Entre los ojos siniestros de tu coraza inaudita
Un estigma, una daga clavada en mi pecho
las flores amanecian y chocaban contra el viento
El verde pastizal nos acomodaba en una eterna melodia
Yo buscaba el cielo, vos buscabas la tierra
Los dos viviamos en una eterna demencia
Queríamos alcanzar lo más lejano,
navegar en mares intensos
en mareas inquietas
Nos perdiamos en el viaje
En lo indomito de nuestro tiempo
Mis respuestas eran tus dudas,
y mis dudas tus respuestas
Mis noches tus desvelos,
El solsticio nuestros juegos
Recuerdos y Vida
Sueño y avaricia
¿Qué mas queda por jugar?
¿Cuanto más podemos avanzar?
¿Qué podemos recordar?
Las melodias de Luis Alberto
las cuerdas de Norberto
Sobrevolaban en Abril...
Las palabras de Julio
La simpleza de la vida...
Interpretaban nuestro abril...
El fuego de nuestras almas
ansiaban las esperanzas
el candente sentimiento
del eterno memento
Secuestraba mi interior
mis palabras se jactaban
Mis sueños florecian
en lo mas extraño de tu esencia
Tu piel rasgaba las esferas de mi alma
Nuestros sueños nos resguardaban
Los cantares de Silvio
Los poemas de Neruda
Germinaban nuestro Abril
Las atonitas verdades
Las mil y una oportunidades
Besaban nuestro Abril
¿Qué mas queda por jugar?
¿Cuanto más podemos avanzar?
¿Qué podemos recordar?
y asi besabamos nuestro estandarte
y asi creiamos en el cielo
asi nos respaldabamos
asi creiamos y asi creciamos
Nos vamos, nos marchamos
Volviamos, Continuabamos
Ansiabamos y anhelabamos
el eterno amor
¿Cual es nuestro amor?
¿Cual es nuestro deseo?
¿Que añoramos, que deseamos?
¿Que sacrificamos, que abandonamos?
¿Qué cambiamos?
Fede G. 09

sábado, 4 de julio de 2009
Plus Ultra

Y mientras miro las olas
el viento fecunda la crisálida
la salida, la entrada,
no hay rumbo, no hay lugar
quiero imaginar...
y mientras sacudo mi mente
un pestañar anhela mi soñar
arraigado a las caricias
a la fugacidad y tempestad
quiero imaginar...
Nada mas, que este mas allá
entre el viento y la marea
la plena hedoneidad
Junto a mi nuevo andar,
anhelo y siento, un nuevo llegar
y mientras alcanzo lo divino
un nuevo fruto se presentara
no busco lo que encuentro
y no encuentro lo que busco
solo quiero ver...
Nada mas, que este mas allá
entre el viento y la marea
la plena hedoneidad
Junto a mi nuevo andar,
anhelo y siento, un nuevo llegar
Locura y simpleza, hedonismo y placer
la vida y la agonia, la razon y la locura
nubes y mar... lejos de ver la oscuridad
cielos y soles... cerca de alcanzar
Imaginar y volar...
Que tienta a mi mente,
me envuelve en su guiar
Que eriza mis sentidos
Su tiezo carmin
Que cree alcanzar
el fruto mas divino
La plena irrealidad
el amor ideal
Que juzga a mi inconciente
y atrae a mi conciente
Que brota en mi conciencia
la mas cruda firmeza
Que juega en mi conciencia
disfrutando del placer
Que idealiza mis sentidos
hacia el amor otra vez
Digo No y Más alla
Que quiero recrear
El futuro incierto
El pleno Carpe Diem
Mas alla, Mas allá...
busco lo irreal
Mas allá, Mas allá..
Ultra escencia demencial...
Fede G. 09
martes, 2 de junio de 2009
El Hombre
el cual buscaba la libertad
No solo la propia
si no la de todos en general
Un dia soñe con un hombre
que luchaba por cambiar
cambiarse a si mismo
y a cambiar a los demàs
Un dia soñe con un hombre
que combatia a la desigualdad
a la exclavitud y marginalidad
del sistema demencial
Su rostro amanecia en las noches
de las sierras a conquistar
Su rostro sentenciaba la esperanza
de mil almas buscando un soñar
Un ideal arraigado, al compromiso y la fidelidad
Un ideal apagado, por el presente equivocado
Un ideal germinado en las almas desesperadas
Desesperadas por el bien, la justicia y el valor
Lo que él queria dar
Un dia desperte con un canto
que me provocaba inquietud
Un dia ameneci idealizando
un futuro esperado
Me sofocaban sus palabras, su atroz valor
Sus inquietudes y ambiguas, esperanzas de accion
La dignidad en su rostro, su grito incaucado de revolucion
Vio que en el presente, vivia la lucha
que el futuro era el fruto de nuestra aventura
Aquella que intentaba desarmar la realidad
Aquella que el imperio no queria soportar
No era solo un fusil, era mas que palabras
No era un combate en vano, era el llanto marginal
Lo que lo llevo, a estar donde esta
De una estrella ha bajado,
con ella ha sabido actuar
Entre la selva y las sierras
el viento no se detendra
Mas alla del bien y del mal
nos hablara de la libertad
Mas alla de los triunfos y los fracasos
su grito encendera
Me han dicho que no has triunfado
solo pocos entenderan
Que el triunfo no es la victoria
Sino el arte de soñar
y pensar...
que todo se puede cambiar
Fede G.09
miércoles, 29 de abril de 2009
El Camino de un Peregrino

Pedro Poveda)


Prólogo
“El camino de santiago fué la principal vía de peregrinación europea a partir del siglo XII, consistía en un viaje hacia un lugar sagrado en el que los fieles esperaban la obtención de una gracia divina; además provocaba un anhelo de construir que permitió un importante despliegue arquitectónico, tanto que gracias al gran fervor religioso engendró grandiosas construcciones.”
En España, a mediados del Siglo XIV, un joven campesino intenta terminar con el sistema feudal que se ejercía, instaurando un movimiento de rebelión campesina en Santiago de Compostela, su tierra natal. La mala calidad de vida y trabajo, y la hipócrita acción de los que gobernaban aquellas tierras, eran algunas de las causas de la protesta. Después de varias luchas, triunfos y fracasos, la acción revolucionaria iba a caer en un trágico enfrentamiento en la ciudad de Santiago, donde el joven después de pasar la noche herido en la catedral, es capturado por un grupo opositor de la clase más alta de la sociedad.
Después de cumplir varios años bajo el régimen feudal, huye, y peregrina a lo largo del Camino de Santiago en búsqueda de su libertad y delamor.
Capítulo 1 – El comienzo del camino
Pasan las horas, pasan los días, pasa la vida…
Hace varios días que la penumbra me agobia, el amanecer me contempla y la luna me acompaña, la tierra seca y húmeda siente mis pasos. Sólo veo su cara, o quiero verla, no sé si está acá, no sé si me acompaña, pero la siento presente. ¡Fue tan efímera su presencia que apenas vi su resplandor, su rasgada cara!
¿Qué será de ella? ¿Adónde se habrá dirigido? La verdad es que no lo sé, pero pronto lo sentiré.
El camino es largo, Santiago de Compostela me espera. Sin dudas, me precipita el deseo de volver a ver aquellos edificios, aquellas catedrales, aquellos monasterios, aquellos templos, el estilo románico viviente. Dicen que en ellos encontraré a mi Dios, que descubriré toda la grandeza de aquellas tierras, aquellas inmensas infraestructuras.
Estas edificaciones provienen de una combinación armoniosa de diversos estilos artísticos y arquitectónicos como el romano, el prerrománico, el bizantino y el árabe, entre otros. Su infraestructura es sorprendente; lleva un conjunto de sentimientos, de símbolos, de mensajes, de efervescencia religiosa.
Pero es difícil llegar allí, más en mi situación. Sin embargo, siento que allí volveré a ver su rostro, en medio del silencio del claustro, en las monumentales puertas de entrada, en el campanario que anuncia la unión de Dios con nosotros, en la ruta hacia la amada y esperada eternidad.
El calor de Toulouse me reprime; faltan días, horas y miles de caminos que atravesar, persecuciones que obviar; Quiero comenzar a sentir la libertad, aquel pleno ideal de la felicidad. No necesito más mandados ni esclavitudes, ni conformarme con el vil diezmo, ni con la protección ante las guerras, ni con aquellas prometidas tierras. Mi acción es un grito de rebeldía, un anuncio de encuentro con mi Dios y con ella.
Capítulo 2 – Pasado insaciable
Desde hacía años, mi vida era la de un simple y acobardado servidor, un criado que, sin embargo, tenía un alma insaciable y ganas de liberarse, de encontrar alguna solución. En estos tiempos y en estas tierras, no era sencillo sobrevivir. La nobleza nos tenía acorralados en una situación de la cual era trabajoso salir. Nuestro grito era el cambio, habíamos sobrevivido a varias luchas, de a poco íbamos generando un nuevo clima, pero una noche en Santiago, aquel grito dejó de sonar. Cerca de la catedral un grupo de infantería nos sorprendió y no supimos defendernos, muchos caían y nada podían hacer, la lucha por la liberación estaba en su peor momento, en un instante, no sentí nada más. De pronto abrí los ojos, vi a un hombre al lado mío, con aspecto desafiante. Él provenía de la más alta clase, de la indómita nobleza, estaba en un inmenso lugar, en cuyos prósperos campos miles de campesinos labraban la tierra.
Aquellos días fueron mi agonía; las duras horas trabajando la tierra agobiaban mi alma, agigantaban mis penas y en una sola cosa pensaba, pensaba en cómo acabar con estos mandados y estas sacrificadas tareas.
El tiempo pasaba y seguía pensando.
Una noche, vi a una extraña persona que rezaba arrodillada ante un altar. Lentamente, sin que nadie me viera, me acerqué y le pregunté quién era. Ella no me respondió y, en silencio, emprendió su retirada. Corrí rápidamente y la tomé de la mano; le pedí por favor que me diera una respuesta, pero siguió sin contestarme. Entonces la apreté más fuerte y al cabo me confió: “Soy Ana, hija de aquel terrible hombre, de aquel hombre que reprime a sus criados, que abandona a sus mujeres, que mata hasta al más cristiano. Un viejo hereje, prófugo y desafiante, sintiéndose ser de la nobleza y gobernando estas terribles tierras. La rebelión no es de su agrado, por lo cuál termina con todo aquel hombre que intente cambiar el sistema feudal. He pensado viajar hacia los reinos de España, en busca de mi propia religión, hacia aquella catedral de la cual todos hablaban”. Me quedé sin palabras, no supe qué responderle. Su rostro, al igual que el mío, se mostraba atónito. Mi acción no fue otra más que besarla; ella se mostró sorprendida y asustada (una voz se escuchaba desde el fondo). Ana se había ido y con ella se instauró mi nueva esperanza, mi nueva fe de que algo podría cambiar.
Al día siguiente, mientras trabajábamos, otro campesino me contó que, por la noche, alguien había escapado. Me dijo que lo estaban buscando, que cuando la encontraran su final llegaría rápido.
Mi mente quedó balbuceando, no tardé en pensar quién podría haber sido. ¡Seguro había sido ella! Sentí que debía hacer algo, algo para terminar con estas injusticias.
Esa misma noche, corriendo entre los campos, emprendí mi camino.
Cerca del amanecer llegué a un pueblo llamado Toulouse, en él me encontré con un grupo de gente esperando algo, estaban en la entrada de un Templo, donde me dijeron que descansaba San Saturnino un obispo y mártir. Otro me dijo que estaban emprendiendo un viaje hacia Dios, hacia la obra románica más deslumbrante de todos los tiempos, hacia aquel lugar donde descansaba el antiguo apóstol Santiago. No dudé en unirme a aquella peregrinación, ya que sabía que allí estaría mi verdadero hogar y aquella mujer que tanto me había sorprendido.
Capítulo 3 – Llegando a la frontera
Han pasado varios días y sigo en camino, he peregrinado por las tierras de Auch, otro pueblo francés. A algunos les he contado mi historia y me han escuchado; a mi lado hay varios campesinos, burgueses, cristianos, monjes y gente de otros lugares. Todos compartimos un mismo anhelo, un mismo fin, un mismo lugar hacia donde ir.
Mientras rodeábamos el valle de Aspe y llegábamos al puerto de Somport, un pequeño grupo de infantería obstaculizó el paso y nos detuvo unos momentos. Estaban buscando a alguien. Sabía quién era esa persona, no me iba a quedar quieto. La gente se puso molesta y la infantería comenzó a reprimir; algunos cayeron al piso y otros pedían orden. De golpe, sentí un frío filo en mi pierna y caí al piso. Después de un rato, la infantería se calmó y emprendió su retirada hacia el norte.
La gente estaba preocupada. Algunos seguían y otros dejaban la peregrinación; sin embargo, este último no era mi caso.
Un peregrino me ayudó y me curó la herida. Una vez calmados, visitamos las ruinas de del Hospital de Santa Cristina, aquél en el que había estado internado el monarca aragonés Sancho Ramírez.
Seguimos caminando y entramos en la esperada España.
Capítulo 4 – España nos recibe
Ya estábamos en tierras españolas y nos dirigíamos hacia el pueblo de Jaca. Transitamos por los pueblos de Los Arañones y Canfranc, la primera población hispana del Camino. Allí hablamos con algunos habitantes y paramos unos pocos minutos a descansar. Durante el descanso, no hice más que recordar a Ana, de recordar aquella noche en que había huido preocupado por ella. Pensé en cómo y dónde podría estar. Nunca me había sentido tan preocupado por alguien a quien sólo había conocido efímeramente. Tal vez esto significaba algo. ¿Sería amor? ¿Serían emociones? ¿Sería el camino para encontrar la libertad? La verdad es que no lo sabía. Los demás peregrinos me invitaron a seguir y continuamos caminando. Después de unas horas llegamos, a Villanúa donde vimos la iglesia de San Vicente; más adelante, ya en Aruej, nos encontramos con otra pequeña iglesia románica. Caminamos un trecho más y llegamos a Jaca. En el camino hacia el Puente de la reina, nos topamos con la ermita románica de San Juan Caprasio, el Monasterio románico de San Juan de la Peña, la Iglesia románica de Santa María (de la que me sorprendió su fachada y su triple ábside), entre otros muchos monasterios y obras románicas. Finalmente llegamos al Puente de la Reina, aquí finalizaba nuestro primer camino, llamado el camino aragonés. Ahora transcurríamos por el camino francés. Faltaban muchas horas y varios días, pero pronto llegaríamos.
Capítulo 5 – La noche de Burgos
Ahora nos tocaba transcurrir un nuevo camino hacia Santiago. Las noches se volvían largas; los días, cortos. Los pies sufrían y mi alma también. Seguía recordando y pensando. Así, pasaban los días y los pueblos, pueblos como Estella, Los Arcos (donde visitamos la hermosa iglesia de San Pedro de la Rúa), Logroño, Nájera, Santo Domingo de Calzada, Belorado (donde nos detuvimos a orar en la ermita de Nuestra Señora de Belén). Allí tuvimos que atravesar los llamados Montes de Oca, un lugar lacustre y abrupto de empinadas cuestas. Mientras subíamos, descansamos un rato, comimos y bebimos algo. De a poco, empezaba a sentir un nuevo aire, ese aire llamado libertad, una libertad de amor, oficio y religión. Reflexionaba acerca de lo que tenía cada pueblo, de sus iglesias, de sus edificaciones y me sorprendía, no podía entender cómo en mis tierras había tanta grandeza que no conocía, tanto espíritu cristiano, pero tampoco podía entender cómo había otra gente que hacía el mal, que mataba y perseguía, que se ocultaba y gobernaba. Todo eso instauraba un nuevo despertar en mi alma, un grito de cambio y rebelión.
Cuando retomamos la marcha, pasamos por el pueblo de San Juan de Ortega y seguimos hasta Santnovenia y Agés, y otros pueblos como Cardeñuela y Villafría. Entonces se sumaron a la peregrinación un grupo de hombres provenientes de la ruta del País Vasco; Uno de ellos me pareció misterioso, me miraba en forma extraña y observaba plenamente mis movimientos. En el momento no me preocupé y continuamos hacia Burgos.
Cuando entramos en la ciudad de Burgos, me sorprendió ver la cantidad de artesanos, mercaderes y hospitales. Sin embargo, lo más deslumbrante para mí fue su catedral. A diferencia de las que habíamos visto antes, ésta provenía del estilo Gótico y hacía poco que se había terminado de construir. Los demás peregrinos comentaban que su fachada se parecía mucho a las catedrales de París y de Reims. El templo mostraba una bella galanura gótica por doquier, por encima de los arcos formeros de la nave principal corría un hermoso triforio (con bellos arcos trebolados cobijados por arcos escarzanos, cuyo tímpano estaba perforado por cuadrifolios). En el interior del templo, había todo tipo de obras de arte: retablos, pinturas, entre otros. Al estar allí sentía a Dios demasiado cerca, me transmitía mucha armonía, paz y tranquilidad. No me sentía de esta manera desde hacía mucho tiempo, el fervor religioso brotaba incansablemente dentro de mí, me hacía sentir más cerca de la amada libertad, del esperado amor.
La noche se venía acercando y decidimos hacer un alto para descansar. Los pies estaban cansados, el cuerpo sufría sequía y nuestras mentes ya deliraban.
Para descansar, elegimos una especie de refugio para peregrinos. La noche de Burgos estaba algo inquieta, la lluvia se anunciaba y el viento soplaba incansablemente. En medio de la noche, sentí que algo se me acercaba, me di vuelta y era una mujer de largos cabellos negros y con un aspecto cansado de tanto caminar. No me parecía haberla visto durante la peregrinación. Me dijo que venía a buscarme, que traía noticias de Ana. Ella sabía que yo estaba aquí, pero yo no entendía cómo. Entonces me dijo que se dirigía a Santiago por las tierras del sur. Si quería encontrarla, debía acelerar mi marcha. Un grupo de soldados de su padre nos estaban buscando a ella y a mí. No tarde en levantarme, me vestí rápidamente y me fui. Enseguida comenzó a llover y el camino apenas se divisaba; emprendía mi último tramo, aquel tramo en busca del amor y la libertad.
Capítulo 6 – Ansiando el encuentro
Por los caminos dejaba mi huella, por los caminos dejaba mi esperanza, por los caminos dejaba mi vida, por los caminos la ansiaba a ella. Había pasado un mes desde aquella noche en Toulouse, un mes en el que no había vuelto a ver su rostro. Seguía peregrinando, pero esta vez sin gente a mi lado.
Me dirigía hacía León, otro destino importante. Mientras tanto, pasaban los pueblos de Hontanas (donde vi otra iglesia gótica), Frómista, Carrión de los Condes (donde volví a ver otras hermosas ermitas), Calzadilla de la Cueza (aquí me encontré con otra iglesia románica, cómo aquellas que había visto en las primeras etapas del camino), Sahagún, Reliegos y Archauelas. En este último pueblo, mi pensamiento se encendió otra vez, ahora comenzaba a pensar en qué haría cuando me encontrara con Ana. Por un lado, pensaba terminar mi peregrinación en la llamada Finisterre y luego de alguna manera terminar con lo que un día había luchado y anhelado, acabar con aquellos evasores, herejes y asesinos, fomentar nuevamente una revolución campesina, para que no hubiera más siervos, para que todos fuéramos simplemente ciudadanos con derechos, donde nuestro ansiado deseo de libertad no fuese obstaculizado por fuerzas mayores, hacer justicia por mis compañeros caídos aquella terrible noche en santiago; por el otro, pensaba en dejar florecer mi amor, o aquello que parecía ser amor.
Entré en la magnífica ciudad de León y observé todo su movimiento plenamente. Pude ver la Basílica románica de San, donde se guardaba el sepulcro de San Isidoro de Sevilla (un antiguo Obispo) y lo más maravilloso, la Catedral de León. Su interior era grandioso, lleno de armonía gótica. Allí pude apreciar un centenar de ventanas y tres grandes rosetones, con gran influencia francesa.
Faltaban pocos días y pocos pueblos. Al igual que ella, Santiago estaba cerca. Mi futuro se sentía presente y no hacía más que anhelar su llegada. Antes de partir, decidí escribirle una carta a Ana, una carta que, estaba seguro, que en algún momento le daría.
Capítulo 7 – Tinta y Alma
Mis versos comenzaban a plasmarse en un papel…
Desde una amarrada sombra has de partir
En mi sueño tu mirada enfrenta a la mía
Despojándome de la muerte amanecida
Sin tu amor no vale mi vida
Vivo sin vivir en mí
Dios me contempla desde lo alto
El abismo viene hacia mí
En mi yo no vivo ya
Peno por verte
Nuestro lazo tan fuerte
Producto de un efímero encuentro
Vive anestesiado sin una verdadera razón
Los caminos recorridos
El anhelo de pasión en mis días
El grito de libertad y de esperanza
Compartieron tus esperanzas
Mi amor encendido se encuentra contigo
Quiero ver tus ojos, renacer en ellos
Quiero gozar de tu fruto, vivir en él.
Quiero morir si hace falta,
Quiero combatir junto con tus ansías
Quiero gritarle al cielo, a Dios y a su Padre
Que mi amor hacia ti es inigualable.
El camino seguía, la carta dentro de mí había guardado, muchos pueblos pasaban, Santiago llegaba.
Capítulo 8 – El final del camino
Había transitado los pueblos de Astorga, Molinaseca, Villafranca, Triacastela, Sarria, de Rúa y muchos más que a los que no les había prestado la debida atención.
Mi mente quería pensar en una sola cosa, y no quería parar hasta conseguirla. Pero no todo andaba bien, algo extraño sentía en mi pecho; Una vil conmoción de sentimientos, la sospecha de que algo malo se aproximaba, pero no lo quería creer. Nada más creía en ella y en aquel encuentro.
Por fin, mi camino se terminaba, las tierras de Santiago de Compostela veían mi llegada. Esta vez sí quería prestar mucha atención a sus iglesias y distintas edificaciones, quería volver a ver mi tierra. Seguía manteniendo su aspecto medieval de hacía seis años. Me acerqué hacia la catedral, muchos sentimientos viajaban en mi mente. Lo cierto es que me impresionaba ver aquella inmensa construcción románica, su armoniosa cruz latina de tres naves, su tribuna, crucero, arcos, girola y capillas absidales. Ese aire puro y armonioso, la incansable presencia de Dios, el aroma de libertad, el silencio de los claustros, y sobre todo las cosas, el reencuentro con ella.
Capítulo 9 – El último grito
Me di vuelta sintiendo que Ana estaba ahí, desde cerca oía su respirar, sus manos tocaban mi espalda. ¡Ahí estaba ella! Mis ojos se llenaban de lágrimas, mi libertad se hacía presente al igual que aquel amor, mis palabras se arriesgaban a decir algo. Mis sentimientos se volvieron oportunos y, en medio de aquel silencio, de mis labios sonó un “te amo”. Sus ojos también lloraron y nos abrazamos. Me sentía completamente cálido; de a poco, ella se soltó y balbuceó: “Vámonos pronto de aquí, nos encontraron”. Mi cielo se caía y mis esperanzas también, pero no me iba a rendir. Corrimos por los claustros y salimos sin que nadie nos viera.
Sin embargo, un grito se oía y muchos pasos se aproximaban. Eran ellos, ¡nos habían encontrado! Ahí estaba su padre gritando. Sus hombres se aproximaron y la tomaron bruscamente. Me resistí y arrojé un golpe rápido, pero me agarraron fuertemente del cuello. Mientras la alejaban de mí, ella lloraba. Yo no me podía soltar y sólo pude decir estas palabras: “Desde lo más profundo de mi canto te doy mi corazón, por vos sufrí, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero”. Mi anhelo no había sido alcanzado, sentía que nada había podido cambiar, que el grito rebelde se apagaba, al igual que mi alma. Mis ojos se cerraron, no vi más.
––Esto es lo que me ha pasado, no te pido que me perdones, dejala a ella y matame a mí. En un futuro tu vida caerá, los campesinos se rebelarán y la fuerza perderás. Dios nunca te perdonará el cielo no lo verás solo sentirás la muerte agónicamente, mi nombre nunca lo sabrás, sólo sabrás que de alguna forma he vencido ––proclamé.
––Cállenlo, ya de nada sirve ––ordenó.
––¡Mátenlo! Que sufra y olvide, él no ha triunfado y nunca triunfará, su Dios no lo salvará ––sentenció.
Las últimas palabras se escucharon, el grito de guerra se impuso. Pero éste no ha sido
el final; El futuro quedaba incierto y alguien lo podría cambiar….
FIN
Federico Gamba 2009
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